Hay tanto abismo entre lo real y lo superfluo.
Paras un momento en la noche... y sientes el rumor del agua, la humedad de la tierra. Los grillos, unos ladridos que se pierden en la noche. Esto es real, físico, al otro lado del abismo, como propio, se encuentra ¿la humanidad?
Peleas de gallos de quién la tiene más grande, o el título mejor colgado pueden decidir la vida de cientos, miles, millones de personas, que pretenden una vez aborregadas, vayan ciegas al matadero sin haber podido probar la hierba fresca o el agua del manantial que fluye libre.
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