martes, 29 de noviembre de 2016

Texto inacabado

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La vida es un texto inacabado, hasta el día que ya no estamos.


 Venimos a esta dimensión, la vida, con anunciación y preaviso de forma que todos saben que llegaremos y nos esperan con ilusión y alegría, y eso que no nos conocen, no saben como seremos ni lo que seremos pero eso parece no importar. Aún no tenemos recuerdos, ni lugares, ni momentos, es el principio y todos ya hablan de nosotros como si nos conocieran...

 Navegamos por el mundo, por la vida, creando situaciones, sensaciones, emociones, momento mágicos que solo nosotros podemos percibir y lo percibimos nosotros mismos de forma única, esa percepción es distinta a cada individuo aún que estos vivan esas sensaciones, nunca son igual para todos. 

 La vida es un ciclo, un camino, una estación, a su vez llena de paradas y cruces como múltiples poetas han expresado a lo largo de los tiempos y yo no soy quien vaya a descubrirlo ahora. La vida sabemos lo cierto que llegará el día que marchemos, que terminemos de escribir nuestro texto y el final no será mejor ni peor simplemente será un final, este llegará sin avisar, sin anunciar, si esperarlo nadie, es el contrapunto de la llegada.

 Dejaremos el plano físico y desapareceremos sin avisar, dejaremos nuestros momentos, lugares que solo significan momentos: El árbol de la plaza del pueblo, a lado de la casa de "la tía patro", donde íbamos en verano a pasar unos días y jugaba con unos niños del pueblo; el banco de piedra a la salida del instituto donde confabula lo que haría de mayor; el día en que nos reuníamos todos los primos; la primera discoteca en la que puse pie; etc....

 Al margen de las religiones y del más alla, la ciencia nos dice una máxima: "La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma".